Lo primero que me vino a la mente al recibir el correo del que trata este artículo fue la expresión de asombro favorita de uno de mis sobrinillos de 5 años, Adrián: "¡Ay mi madre!"
Y es que, no es para menos comprobar que sigue circulando desde hace años un bulo tan absurdo y tan fácil de desenmascarar, y que lo reenvían personas que, me consta, tienen un buen nivel cultural. Pero bueno, lo intentaré una vez más, aunque con la seguridad de que este artículo no tendrá el sempiterno recorrido que aquel que lo ha inspirado...
¿Estás untando plástico en tus tostadas?