La alimentación en la lucha contra el cáncer (I)

Ayer fue el Día contra el Cáncer de Mama, por lo que se hace imprescindible recordar que unos hábitos de vida saludables basados en alimentación sana y ejercicio físico regular son pilares fundamentales para la prevención de cualquier tipo de cáncer. Además, numerosos estudios relacionan ya la obesidad con un mayor riesgo de padecer cáncer, mientras otros apuntan claramente a que los factores externos a la genética como los hábitos de vida pueden determinar la expresión o no de un gen productor de esta enfermedad (epigenética).

En esta entrada quiero dar mucho ánimo a todos los que se enfrentan al cáncer e intentar aportarles unos consejos desde el punto de vista de la nutrición para que el proceso hasta llegar a la curación se haga un poquito más llevadero. 

Y en especial, ¡va por tí, Laura!




La alimentación en la lucha contra cualquier enfermedad es esencial, pero aún más en los casos de enfermedades tan agresivas, por ellas mismas y por los tratamientos que conllevan, como el cáncer. El objetivo es lograr un buen estado nutricional y evitar que el enfermo caiga en un estado de malnutrición proteico-calórica que comprometa los buenos resultados del tratamiento. Durante este período de lucha contra el cáncer, la nutrición debe ir encaminada a frenar la destrucción de las proteínas, a restaurar y conservar el compartimento graso y a corregir las deficiencias de vitaminas y minerales que puedan surgir. Con ello se conseguirá, además de aumentar la calidad de vida del paciente, mejorar la tolerancia a los tratamientos y aumentar su efectividad.
De todas formas, no todos los enfermos tendrán problemas con la alimentación ni tampoco con la misma intensidad ni frecuencia; una gran parte de los avances en tratamientos conlleva también una disminución de los efectos indeseados. Pero aún así, los efectos secundarios son frecuentes y pueden afectar a un aspecto tan básico en la lucha contra el cáncer como es la alimentación, así que veamos algunos consejos.

Consejos generales


  • Come siempre que pueda alimentos ricos en proteínas y calorías para mantenerte fuerte y ayudar a reparar el daño que el tratamiento contra el cáncer pueda producir en los tejidos. Por ejemplo, en vez de comer sólo una fruta, prepárate un buen batido con leche y varias piezas de fruta y enriquece las cremas de verduras y las ensaladas con  queso, aceite de oliva, legumbres o huevo. Da prioridad a las proteínas provenientes de huevos y pescado (recuerda la capacidad antiinflamatoria de los ácidos grasos omega 3 que aportan los pescados azules), y no olvides que las legumbres consumidas con arroz aportan una proteína vegetal de excelente calidad.
  • Aprovecha los momentos del día en que tengas más apetito. No te preocupes por respetar horarios, si para tí el mejor momento del día son las mañanas, aprovecha para hacer la comida principal entonces, sin importar que luego tengas que hacer comidas más ligeras o incluso líquidas (pero lo más nutritivas posible).
  • Reconoce y elige los alimentos que mejor te sienten y cómelos siempre que quieras. Podrás ir añadiendo nuevos alimentos cuando te sientas mejor y, si tu médico lo considera necesario, te pautará algún complemento fácil de consumir, por ejemplo en forma de batidos, que supla las carencias que pueda tener tu dieta.
  • Haz más comidas durante el día. Ten en la mesilla de noche unas galletas u otro alimento por si te apetece antes de dormir o en el momento de despertar, y lleva también siempre algo para comer cuando salgas de casa.
  • No comas alimentos con bajo poder calórico o nutritivo; te llenarán el estómago y estarás desperdiciando la ocasión de fortalecer tu organismo . Lo mismo ocurrirá si bebes demasiada agua mientras comes...toma sólo pequeños sorbos.
  • No te preocupes si algún día no puedes comer nada, pero avisa a tu médico si ocurre dos días seguidos. En esos días, intenta hacer cosas que te hagan sentir mejor sin preocuparte excesivamente por la comida.
  • Bebe mucho líquido, sobre todo en esos días en que no puedes comer. Al igual que con los alimentos, unas bebidas te sentarán mejor que otras y puedes aumentar la ingesta de nutrientes bebiendo en vez de agua caldos, zumos de frutas o batidos.

Cáncer e infecciones alimentarias


Debes tener en cuenta que los tratamientos contra el cáncer afectan a tu inmunidad, es decir, a tu capacidad para luchar contra agentes patógenos que penetren en tu organismo, por lo que  debes poner todos los medios a tu alcance para evitar cualquier contaminación de los alimentos que consumas. Para ello, recuerda estos consejos que seguro ya conoces:

  • La higiene de manos, utensilios y superficies de preparación de la comida debe ser exhaustiva antes y después del proceso.
  • Lava bien todas las frutas y verduras antes de comerlas, incluso aunque no vayas a comer la cáscara, como en el caso de la sandía.
  • Mantén frías las comidas frías y calientes las calientes para evitar contaminaciones; guarda siempre las sobras en la nevera y sólo un tiempo prudencial.
  • Nunca cortes verduras en la misma superficie donde has cortado carnes o pescados.
  • No dejes la carne ni el pescado descongelando fuera de la nevera.
  • El pollo, la carne, el pavo y los huevos deben consumirse bien cocinados y no debes comer pescados ni mariscos crudos.
  • Evita comer en establecimientos tipo buffet o autoservicio o en aquellos que no te ofrezcan las máximas garantías sanitarias.
  • No se recomiendan los alimentos con mohos, como el queso azul o el roquefort

¿Puedo tomar suplementos naturales para fortalecer mis defensas o disminuir los efectos secundarios del tratamiento?



Internet es una fuente inagotable de información, pero no nos podemos fiar de todo lo que leamos, en especial cuando se tratan temas tan delicados como la salud. Por ello, antes de tomar cualquier decisión por tu cuenta, aunque te parezca tan inicua como añadir a tu tratamiento suplementos nutricionales, o productos a base de plantas (recuerda que no todo lo natural tiene por qué ser bueno), debes consultar a tu médico; ten en cuenta que lo que tomes podría interferir con tu tratamiento y empeorar el pronóstico de la enfermedad.

Con respecto al cáncer existen multitud de mensajes contradictorios e incluso engañosos en la red que, en mi opinión, deberían estar más perseguidos. Déjate guiar sólo por tus médicos y por webs de confianza como la de la Asociación Española contra el Cáncer, la de la Clínica Universitaria de Navarra o la del National Cancer Institute, de donde se han extraído estos consejos.


¡Y contamos con más ayudas!



Afortunadamente, cada día surgen nuevas iniciativas encaminadas a hacer este proceso de superación del cáncer más llevadero para los enfermos. Una de ellas es el proyecto puesto en marcha bajo el nombre de CEOCAN en Tenerife, donde bajo el lema de "Si te ves bien, te sentirás mejor", se intenta abarcar de forma integral todas aquellas maneras en que se puede aumentar el bienestar del paciente oncológico, aspecto esencial para llegar a  la curación.

CEOCAN,una gran ayuda para el paciente oncológico



En el próximo artículo nos detendremos un poco más en los principales efectos secundarios del tratamiento del cáncer que pueden afectar a la alimentación para aportar consejos prácticos ¡No te lo pierdas!

  

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